Anatomía i

 

Cada persona guarda desde su nacimiento una esencia como las mencionadas por Hartman, sólo que a diferencia de la teoría que sostiene este historiador y médico en la genética especializada en las glándulas, las esencias están almacenadas en los dientes de la primera edad, aquellos que al caerse se intercambian en un ritual específico por dinero o juguetes. Hay personas que a cierta edad de la vida entran en una crisis que ninguna medicina puede curar y esta crisis es provocada porque hay una confrontación entre la esencia que se tiene y la persona que se es. Esta confusión no se da en todas las personas porque la sencilla razón de que no todas las personas toman los mismos caminos. Aunque parece absurdo lo único que se tiene que hacer para estar bien con la esencia que se determinó en estos dientes de leche es seguir las palabras del viejo Píndaro: “Sé lo que eres”. Pero las confrontaciones de este tipo han ido aumentando con los años y las personas han olvidado a Píndaro y han perdido su tiempo en tratar de recuperar estos dientes. Algunos, los que han logrado acercarse a recuperarlos, han sido estafados por una suma cien veces mayor que por la que se vendieron en un principio y al tener los dientes no han podido recuperar su esencia. Triste es la historia de estas personas que inútilmente terminan con psicoterapeutas, psicoanalistas, yoga, etc. en busca de una esencia que coincida con su ser.

4 comentarios:

B West dijo...

y tienes mucha razón. Uno es lo que es y así tiene que vivir, lo mejor que se pueda...

xD


me reconforta leer este post!


XOXO

Anónimo dijo...

Has citado una de mis frases favoritas porque en efecto, nada más fácil ni más complejo que "ser el que se es" y ya.
Considero que la esencia de uno mismo jamás se va, aunque la tesis de que está contenida en los dientes de leche dibuje en nuestra mente la idea de que la perdimos y que quizá se la dimos al "ratón". Mucho tienes de razón en la búsqueda que se inicia pero esta búsqueda es por demás encantadora porque es como tratar de alcanzar lo que ya fuimos. Entonces, pienso en Platón y su reminiscencia.
En fin... saludos y bello post.

Anónimo dijo...

Marie:

¿Me podrías decir en qué obra se encuentra dicha teoría? supongo, te refieres al grandioso Nicolai Hartman ¿cierto? pues si que me ha llamado la atención dicha teoría, por favor dime ¿vale?

Idalia dijo...

Estimado Anónimo:
No me refiero a Nicolai Hartamann, el filólogo. Me refiero a Aaron Hartman, que no era ningún filósofo ni tampoco era historiador ni médico en la genética, era un cartero que fue despedido por abrir cartas ajenas de contenido triste y sustituirlas por contenido alegre. En este texto ocupo su nombre e invento que ha dicho semejantes cosas porque me dio un poco de pena decirlas nada más porque yo las había pensado.
Es así de simple.
Saludos

Publicar un comentario

sea usted tan amable