Anatomía ii


La soledad llega a la vida de las personas por todo tipo de contagios que se dan en espacios cerrados y tocando algunos objetos. Por lo general, las soledades, se encuentran rodeadas de recuerdos rotos. Este tipo de recuerdo es parecido a los malos sueños o comúnmente conocidos como “pesadillas”. Hay una enorme variedad de recuerdos rotos (basta echar una mirada a la Enciclopedia Serpentiana que los define en sus tres estados, sólido, líquido y gaseoso). Una de las cosas que más llama la atención de la soledad humana es su capacidad de adoptar vacíos imposibles de llenar, pero que además cuentan con una demanda insaciable.

Las soledades inauditas son las que comienzan a crecer cuando la persona tiene más de veinte años y se pueden detectar porque la coloración de los codos se torna más oscura y por lo general los ojos se irritan más de una vez al día. Cuando se tiene una soledad inaudita hay muy pocas posibilidades de seguir a salvo. En primer lugar se aglomeran recuerdos rotos, unos encima de otros, que a la menor provocación llevan al llanto incontrolable, de ahí que cobren su estado líquido. En segundo lugar como su nombre lo indica, la soledad “inaudita” es en efecto inaudible, nadie la escucha, ni siquiera la persona que la adquiere. Y en tercer lugar es una soledad que nunca olvida por lo que repite una y otra vez recuerdos rotos.

Miles de personas gastan su tiempo bajo el agua tallando sus codos con todo tipo de zacates y hasta con piedra pómez tratando de quitar ese color oscuro que es síntoma de una soledad inaudita. Muy pocas personas aceptan este tipo de condición y lo más recomendable es rodear la soledad con recuerdos que no sean rotos para minimizarla.

Hoy en día se tiene la esperanza de encontrar una vacuna contra la soledad, pero especialistas en el tema afirman que no es algo que se pueda controlar porque en su naturaleza todo tipo de soledad tiende a mutar en el periodo de incubación. 


7 comentarios:

dehg dijo...

Por un momento pensé que tenía cura, chale :/.

LiterataRoja dijo...

Solo lo cura la buena compañía...

Besos!

Everardo Esparza Huizar dijo...

la auténtica soledad es el desamor, lo demás son ganas de no estorbar o que no me molesten

ana dijo...

soledad eterno tesoro.

Anónimo dijo...

negra?

Javier dijo...

Muy buena alegoría, consigue transmitir al mismo tiempo una realidad bien tangible - y haciendo hincapié en la edad a la que se hace más patente -. "se tiene la esperanza de encontrar una vacuna contra la soledad", es muy curioso, Quino tiene una viñeta justo sobre esa idea - la de una vacuna contra la soledad - es una viñeta muy buena, de las que dan ganas de llorar.

Nobux dijo...

sabes que es lo chingon de la soledad, que es ningun refugio, ... es desierto, donde no hay ningun reflejo, ... en el que te puedas repetir

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